El amor que no conocemos

imagen aquí.


Desleales a nosotros mismos
conducimos nuestras vidas sobre el más insolente de los emblemas;
solos deshojamos nuestros dolores o
escuchamos nuestro lamento herido
como una sinfonía.

calculamos lágrimas;
bostezamos en el intento

y a veces,
sí,
nos atormentamos un poco
porque nos duele
y no importa si alguien escucha...

"yo" en el centro del mundo
en el centro de la América
niñita sexuada abierta al mundo.

de enfermedades está hecho su dolor...
y el nuestro.

quizás sea bueno dejar nuestra apasionado golpe de suerte
o nuestro inmaculado amor de quinceañeros.

por ahí, nuestros besos
tan sabios y elocuentes

por allá, nuestro sexo
que enmudece o blasfema...

Más allá de las fronteras
hay voces que nos gritan auxilio.

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Perfume de un beso.