Palabras que no están de más


Ya no estás...

Te fuiste por razones que aún no comprendo pero por las cuales no me estreso.

Ya no hay esa voz que me diga palabras dulces, o la que me dé un consejo.

No hay regaños, no hay saludos mucho menos besos.

Te fuiste y puedo decirte que te extraño, pero no tanto.

La vida sigue y yo seguí mi camino, sin ti o contigo... no importa, igual mi vida debía seguir.

Te extraño amigo, aunque tu no me extrañes...

No importa, no hay resentimientos, nunca los hubieron...

Algo si te confieso aunque talvez no te importe, si extraño que seas mi amigo...

Pronto volverá a llover



Los días de lluvia son mis preferidos. Si llueve, las noches son de lo mejor. Me gusta abrazarte cuando está lloviendo, porque tu espalda adquiere un aroma a tierra nueva, a semilla que va germinando dentro de la selva. Siento que tu cuello rige las cosas y que tus hombros sostienen el mundo. Eres todo cuando llueve y yo me acurruco contra tu espalda a esperar el amanecer.

Las horas me parecen tan cortas y esto es lo que me disgusta. Quisiera que el tiempo se aliara a mis sentimientos y detuviera el sol siquiera un poco. Que detuviera la mañana, distrayéndola como a una niña curiosa que no conoce la nieve.

Mis ojos se ponen tibios porque de vez en cuando lloran. Es que me llega la nostalgia como disparo al centro de la razón. Me desubico, incluso logro dormirme como cruel trampa que no busco, pero caigo sin remedio. No me gusta el sueño cuando llueve... hay momentos significativos que no le pertenecen a Morfeo.

Trato de asirme como nunca. No quiero despegarme de tus olores masculinos. Nada en ti parece moverse, solo tus labios cuando dicen te quiero o qué pasa, o dónde estoy. Me río y disfruto tu voz que reconoce mis dedos cuando te sientes confundido.

El amanecer se vuelve un castigo malicioso y entonces, yo le sonrío: Pronto volverá a llover.

A... "quien interese"...



Lunes 10 de agosto del 2009. San José, Costa Rica.



A... "quien interese"...

Reciba un cordial saludo y... Hola...

La presente es para... ¿Cómo estás?

Solo quería comentarte que las noches y los días no han sido iguales desde que te fuiste...

No es que te quiera retener más, no quiero que pienses eso. Aunque tu decidiste irte sin preguntármelo, con el tiempo aprendí a aceptar tu decisión.

No, tranquilo. No es necesario que vuelvas...

Si... lo sé... los papeles aún siguen en el piso, donde los dejaste luego de hacer tu escenita al marcharte...

La cortina corrida a un lado como la pusiste, la silla al lado de la ventana donde me hiciste sentarme para darme la noticia "sin importancia" como le llamaste...

Si, eso si, cerré la ventana no quería que entrara la lluvia en estos aguaceros de agosto y mojara la casa.

No te preocupes... ¿Cómo estoy? no tienes que preguntarlo...

¿Entonces para qué te escribí?

Solo quería que la próxima vez que vayas al correo me envíes "mis recuerdos", no quiero que me recuerdes, no merezco aparecer más en ellos...

Agradeciendo de antemano la atención a la carta,

Se despide,
Yo

Volver al inicio Volver arriba

Perfume de un beso.