11 de setiembre

Algo que nunca había hecho en este blog... Poner un link de Youtube en vez de un MP3 Widget (más colorido), pero me dio pereza convertir el video en MP3 (más desde YouTube)... Tampoco había escrito un... ¿poema? Bueno, una historia en versos y con rima. Pero no pude evitarlo, esta canción de la Oreja de Van Gogh es muy bonita. Y la historia es prácticamente reescribir la canción en otro contexto...




Sale el sol de nuevo

Y ya son diez meses

De ser mi placebo

Contra el amor


Y le pido al cielo

Poder ser valiente

Decir que te quiero

Mirarte otra vez


Me miro al espejo

Sé que no es posible

Que no soy tan bello

Que no pasará


Como siempre tiemblo

Y conmigo las torres

Me abrazo a tu cuerpo

Me envuelve tu luz


Se cae el cielo

Y me quito el miedo,

Te doy un beso

Y al fin soy feliz


La gente corriendo

Nosotros, helados

Termina el cuento

Que hoy comenzó


Y veo tus cabellos

Entre los escombros

Y desaparezco

Sé que no podré

No es que muera de amor (Jaime Sabines)


En esta oportunidad quiero compartir con ustedes un poema del ya fallecido escritor mexicano Jaime Sabines. A muchos quizás no les guste este poeta, pero para mí es uno de los mejores cuando de hablar de amor se trata.

Por suerte encontré un video en YouTube.com del texto, recitado nada más y nada menos que por el mismísimo autor.

Este post va dedicado a todos aquellos que hemos conocido la distancia y la ausencia; va dirigido a aquellos que entre dudas y miedos hemos descubierto que existe la salvación y el término de nuestras tristezas.

Va dedicado a los que necesitamos; a los que de alguna forma hemos tenido en las manos infinitud de caricias jamás entregadas; afectos idos o recuerdos rotos.

Va dedicado a los que mueren diariamente ante la mirada ardiente del amor.




No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
--*--

Con el corazón estrujado

Aparte de las horas de sueño que no sé si recuperaré, el regreso a Barcelona me tiene el corazón contento y estrujado a la vez. Contento porque mi señor esposo me hacía una falta que sólo puedo resumir en no tener paz. Y estrujado por la razón que se repite con cada viaje a Costa Rica y se trata de mi madre. Que no se me malinterprete, amo a mi papá, pero el dolor punzante viene de la lejanía con mi mamá.

Así que aprovecho un meme que andaba por ahí para poner esta foto (vio, Captain, no me quedé con las ganas), y de paso, hacerle un homenaje a esa mujer hermosa que me enseñó muchas cosas... principalmente  a caminar, en todos los sentidos posibles.

Papel de oficio, poema de vocación.


Hoy te encontre seria, mas que de costumbre, seria como cuando alguién ha llorado durante mucho tiempo y un arrebato de rabia fue el responsable de la suspención de ese viaje al país de las lágrimas... que ya de por si siempre es un extraño país.

De pronto el desánimo es un muro de contingencia impenetrable cuando no tienes forma de derrumbar... tus ojos que un día fueron un cartel de bienvenida son en este momento un largo camino de regreso de el país de la Utopía, un sueño construido de ruinas, de restos de naufragio.

Yo quisé escribir un poema que devolviera el inexistente continuo perpetuo, un agujero en la red de el tiempo, una excusa de acercamiento, un lugar inexistende desde el cuál no se llega desde ninguna parte, un estado del ser, una ecuación de sentimiento, un post grado a nuestra historia, pero mis ánimos y mis palabras se fueron transformando en algo demasiado formal, disonante totalmente en nuestro compromiso de promesas no prometidas, de recuerdos futuros y estrellas de el mar de Orión, y de a poco me fui quedando sin palabras de el corazón, sin ideas de el alma... y mi hoja se fue tornando tamaño oficio, mis palabras en sentimiento de curso legal... cambie el simil y la hipérvole por hipotesis e interpretación de leyes, razone lo que queria, tu tristeza me alejo mas de mi que de ti, y me quede por primera vez frente a ti y sin palabras.

Caí preso de un pánico depresivo. Con la hoja en la mano me perdí en un laberinto intransitable en mis memorias, camino único en mi presente, sé que al final estas tu leyendo un poema que no pude escribir, con tu sonrisa que inspira mis palabras, con tus ojos que me dan la bienvenida.

G




Feliz día del padre, David!!

Ay, gracias, pero...eso fue ayer...y ni siquiera me puso un mensaje, G!!

Ah, es que yo ya no tengo su número en mi celular!

Diay, y eso por qué será? Cambiaste de teléfono??

No...Es que a mi esposo no le gusta que vos y yo seamos amigos!

Ah, ya....


Esta conversación se me dio el año pasado, cuando a una amiga (que antes en realidad valoraba más) le fue prohibido por el esposo mantener algún contacto conmigo. No puedo negar que sentí un poquillo de dolor porque la chavala y yo éramos buenos amigos (o la menos eso pensaba yo), indignación, y hasta ganas de meterle su buen pichazo al maje ese. De hecho se lo merece...


Pero la historia tiene más de fondo. Resulta que en el tiempo en que G y yo teníamos más cercanía, me llegó a contar algunas cosas como que el tipo era tan celoso que no dejaba que ella saliera de casa en enaguas (es una lástima, porque vieran que carajilla más agradable a la vista), y que el tipo tenía una serie de actitudes hacia ella que a veces eran un poco incómodas.


O maje más idiota!!!!!. Si supiera que ella es una de las que más se da a respetar en el brete. Nadie se sobrepasa con ella porque tampoco es de andarle pelando el diente a todo el mundo, ni de andar en actitudes sobradas. Y tal vez eso era lo que me simpatizaba más de ella. Pero ..


Hubo un tiempo en que G estuvo muy enferma. Demasiado. Y yo que realmente nunca le mandaba mensajes, le mandé un par preguntando como seguía, y que cuando volvería al trabajo. Palabra que no fue ni una sílaba de más, ni nada que pudiese ser malinterpretado.


Para ese mismo tiempo, G se dio cuenta de algunas situaciones medio confusas del esposo acerca de otra mujer, y parece que hubo un enredo con los celulares y recibió unas llamadas o mensajes...Que se yo!! (Por eso digo que los celulares ni se prestan ni se revisan ni se tocan ni nada de eso!!). Y en ellos parecía como que el mae andaba con otra chavala o una tipa se le estaba reportando. La cuestión es que el gran hipócrita se hizo el indignado y le armó un gran pleito que la final no vino a parar en nada. Y ella siguió normal, pero él no pudo aguantarse..


Cuando revisó su celular y encontró el mensaje que yo le había mandado, le armó un despiche tremendo, se puso violentísimo, y como el tipo me conoce, sacaba pecho para que G se sintiera mal (típica táctica del hombre infiel para borrar tortas pasadas). Y le prohibió ser cercana a mí, como había dicho antes....


Huy, como me hubiera gustado que el tipo ese me sacara algún trapo en cara! Por lo general ese tipo de maes son dulces para encarar a las doñas, pero bien mariconcitos para cuando un hombre se les para a cómo debe.


Pero este mundo es muy pequeño, y terminé enterándome (por fuentes tal vez no muy fiables, pero digamos que con eso confirmé mis sospechas acerca del tipo), que el hombre le ha dado vuelta a G con cuanta hembra se le ha atravesado, sobre todo en su lugar de trabajo, tanto así que en el brete del jema le dicen de sobrenombre “perrito”.....así o más feo?? Y la pobre de G haciéndose la vista gorda. Pero yo tampoco voy a llegar a contarle nada de eso, que dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver.


Tampoco me voy a poner a jugar de santurrón ni nada por el estilo, pero al menos creo que si yo hubiese conseguido a alguien como G, no le haría esas varas. Fijo que no. Es una mujer muy dulce y bella, se merece a un tipo mucho mejor.


Y de ahí en adelante tomé la decisión propia de alejarme. No almorzar ni tomar café ni nada de eso. Que total, no era una amistad tan firme después de todo.


Aunque...últimamente G se ha acercado un poco más. Incluso un día de estos me llevó tortillas para un picadillo que dieron en el almuerzo que estaba de muerte lenta. Y por ahí se le salió decir que yo era de las personas en las que más confiaba del trabajo. Puta, y yo que soy un corazón de marsmelo, pues la he vuelto a ver con buenos ojos, obvio, no como antes, pero quizá ya se me pasó el enojo, y lo cambié por un poco de lástima hacia ella. Que feo sentir lástima por una persona!! Igual las personas siempre se merecen una segunda oportunidad (una tercera ya está como que muy jalada del pelo…), y tampoco voy a negar que extrañaba mucho su amistad.



A veces la miro cuando se despide y camina para tomar el autobús, y pienso en cuanta mujer buena habrá unido su vida a majes tan hediondos, tipos que son tan egoístas y que solo están interesados en satisfacer su cuerpo, su estómago, y que los dejen ver el fútbol de los domingos sin joder. Mierda de mundo...



No me voy a poner a hacer un análisis de porque G escogió a un tipo así en su vida, la verdad aunque me duela no voy a intervenir ni a meter carbón. Solamente quiero pensar que yo nunca haré sufrir a una mujer de esa manera, y sobre todo que...

YO NO QUIERO SER ASÍ!!!!!!!!!!!!!!!!!



Los besos de mi vida

Primero quisiera agradecer al equipo de Perfume de un Beso por la oportunidad de compartir con ellos este espacio. Y como este es el blog de los perfumes, los besos y los amores, me parece buena idea empezar contándoles un poco sobre los tres principales besos de mi vida (que quede entre nosotros, eso sí!) ;).

No podría decir que tengo mucha carrera en el deporte este de los acercamientos labiales, pero sí que he experimentado al respecto.


Mi primero beso, ¡¿cómo no hablar de él?!, fue el más fugaz y efímero de todos. Fue divertido porque recién conocía al victimario (sí, fui su víctima) y en un descuido me estampó un beso chiquito pero tremendamente húmedo. Lo miré atónita y de inmediato me despedí y me fui de la zona, un poco aturdida y seriamente les digo, creía que en la cara se había dibujado la frase “Me acaban de apretar”. Sobra decir que no dormí esa noche y jamás de los jamases (por dicha) volví a ver a mi victimario.


Los otros besos (lamentablemente ocasionales) no fueron tan importantes (pero sí “disfrutables”); no dejaron huella significativa. Uno que otro fue divertido, pero para ser justa nada más fueron aprendizaje.


Largos años de espera. Sí, en mis años universitarios vinieron a darme ese beso único, inconfundible, impresionante, inolvidable. Ahh se me ponen los ojos chinitos de solo recordarlo. Lo bueno de este beso (único en su especie) es que fue inesperado, una sorpresita malévola del destino que supe aprovechar. El típico escenario: te llevan a tu casa y en la entrada… muaks. Este se caracterizó por un rico abrazo, una sonrisa cómplice, un acercamiento peligroso y un apretón que mejor hasta ahí lo dejamos.


Finalmente, no puedo dejar de hablar del beso más importante en mi vida. El beso más ansiado. Lo di en tierras lejanas y no fue fácil. Desde que vi esa boca y esos ojazos verdes se me pasó por la mente “la cochinada” (pero en términos de besos, claro). ¿Cómo sería probarlos? ¿Cómo será su aliento? ¿Será tan cálido como lo imagino? Debo confesar que me atreví a buscarlo y no tuve éxito, pero luego como en un acto divino (¡gracias Dios!) surgió naturalmente. Fue un beso húmedo, tierno y sí, tal como lo imaginé, muy cálido. Fue mi primer beso de amor.


Creo que todos en la vida tienen en sus recuerdos, muy guardado y muy cuidado, ese beso especial, el que apenas se recuerda nos hace suspirar o nos produce escalofríos sensacionales.


Muchos, también, anhelamos en silencio ese beso nunca dado, y que esperamos alguna vez poseer...


Y sí, besos hay de todo tipo, húmedos, apasionados, suaves, tiernos, salvajes, secos, lenguados, impúdicos, malvados, fríos, virtuales, reales… soñados. Y cada uno es especial; cada uno nos enseña y con ellos llegamos a comprender que también con los labios podemos saciar los deseos más profundos de nuestro corazón.


***
Fuente de la imagen aquí

La Paz de tus Ojos


MusicPlaylistRingtones



Él la conoció en un sueño verde de humo y sudor. Como un labio partido, trató de alcanzarla mientras la sangre oscura brotaba de su boca. El frío lo fue convirtiendo en hielo y el calor de ella, a lo lejos, lo derretía hasta romperlo y hacerlo caer en el piso, buscando restos de su piel, su esencia dilatada entre sus manos. Ella, vegetal lleno de espinas que se enhebraba entre sus brazos y se enraizaba en sus huesos, mientras sangraban juntos. El bosque negro a su alrededor se volvió blanco, y ella se volvió polvo. El silencio se fue disolviendo de pie, como un placer colgado del dolor. Sus ojos solo veían tristeza, adherida a las cortezas; un corazón de origami cubierto de hielo seco. Tanto pasado congelado y él no sabía ni su nombre. Trataba de gritar y la multitud apagaba sus lamentos. Gritaba tan fuerte que su garganta desgarrada en dos sangraba copiosamente, inundando su cuerpo... Gritaba y un pañuelo de seda mantenía sus gemidos en la penumbra.

Sus ojos ya eran gotas negras que le cubrían el rostro. ¿Dónde estaba ella? Los golpes de la lluvia en el tronco de sus pies eran más débiles que sus latidos desesperados, buscando en el aire el reflejo que una vez quebró con agua marchita. El bosque blanco, el jardín oscuro, ambos llenos de telarañas apacibles. Tan solo quería hacer un viaje, usando la sal de sus ríos, que envejecían todo menos la piel, que el viento se lleva y hace parte de él. ¿Dónde está ella?

Él continuó su búsqueda, viendo la danza de aves verdes con un compás que inventa su rostro cubierto de tinta negra. Caminó por un astro nevado en el fondo de un mar onírico. Bailó con los ojos cerrados, imaginando tomarla de la cintura y no ser un simple personaje secundario de su propia historia, de su propio limbo que resultaba tan tenebroso desde afuera y ahora dentro de él, parece tan agradable. ¿Cuántas hojas tiene un cuento de hadas? ¿Cuántas hojas, y no de papel? En su mundo estaba protegido... en su mundo la habría de encontrar.

La oscuridad tocaba a su puerta, y los hilos caían de su cabeza. La eternidad duró tan poco... que él quiso más... Más y más para poder hallarla.

La siguiente noche pudo ver que no estaba ahí. La amaba más que a él, anhelaba buscarla cada vez que soñaba despierto que aún no dormía. En un tren azul lleno de Dios le dio un "te quiero" de un muñeco vudú (de nuevo). Cada estocada era una humilde piedad, una carta escrita en arena que el mar no toca. Los colores, los colores de su voz. ¿Cómo hablaba ella?

Él pudo sacar el mundo de una planta, solo por ella, solo por encontrarla. Se alejó de sí. Viajó al mar de los cadáveres, al océano de la basura, a la tierra de la carroña, de maremotos por venir. Flotaba buscándola, fueron años perdido en ese mundo invisible. Cada noche, una vida y cada noche otra muerte. Cada día renacer de nuevo y olvidar quién es... Todo por hallarla. Y si ella vuelve de la nada, él se habrá ido para siempre. Será los soles de un bolero que se murió hace mucho tiempo.

Jirones de sol colgados del techo, pedazos fríos de un otoño que solo trae más hojas secas. Cada día un mundo nuevo, todo por ella. Porque su viaje acabó cuando dependía de ella, de buscarla, de dejar de ser él...
De las hidras silenciosas.
De las piedras de un naufragio.
De las ruinas de unas rosas.
De las raíces de un presagio.
De las tormentas de fuego
De su mismo ego.
De la muerte y de la vida.
De ella.
De buscarla.
De dejar de ser él.

Amor e Incertidumbre





















A veces una piensa cosas pero no las puede articular bien, y de repente, leyendo un libro de esos de autoayuda tan vilipendiados públicamente ( pero que todo el mundo lee...porque confesémoslo: todos y todas queremos ser más felices! ) ...se encuentra un texto que por bueno, quiere compartir.

Por ello, y ya que hablamos de Amor.



Amor e Incertidumbre


Tu ego está sopesando continuamente el riesgo con la recompensa. Puedes permanecer en un lugar seguro y estable, pero al hacerlo renunciarás a la oportunidad de expandirte. Puedes correr el riesgo de traspasar los límites normales, pero esto significa adentrarte más allá de tus zonas seguras. Generalmente, el corazón humano está dispuesto a asumir riesgos, a veces en oposición a la mente, lo que generalmente favorece a la prudencia sobre las posibilidades.

Aceptar lo desconocido nos ofrece la mejor oportunidad para el crecimiento personal a la vez que despierta nuestros más profundos temores. El amor y la incertidumbre van de la mano. El amor nos aleja de lo mundano y lo predecible para llevarnos a lo mágico y a lo milagroso. Eres una persona diferente cuando te enamoras; te dan deseos de cambiar de peinado, de comprar ropa diferente y escuchar otra música.

Cuando estás bajo el hechizo del amor, tú, que nunca antes habías bailado, bien podrías verte tomando clases de salsa. No te atraían los botes, y te encuentras disfrutando de un paseo por el mar. Tú, que odiabas la música clásica, te descubres asistiendo a un concierto de la orquesta sinfónica. El amor expande nuestro sentido del yo, el cual, una vez expandido, nunca regresa a su tamaño original.

Expandir tu referencia interior del ego al espíritu te permitirá renunciar a tu necesidad de control y aceptar más bien lo que la vida te ofrezca. Este diálogo interior de aceptación es la base de una vida basada en el amor, y una vida basada en el amor es la base de la aceptación.

Una vida vivida con amor es la única vida que vale la pena vivir. Como dice en Corintios I, el conocimiento y la claridad no tienen valor si no hay amor. Entre la fe, la esperanza y el amor, éste último es el más importante. Compremétete a amar en todas sus expresiones.

Demuestro mi compromiso con el amor cuando:

1-Soy generoso con mi atención, mi afecto, mi aprecio y mi aceptación.

2-Practico la comunicación consciente en todas mis relaciones.

3-Lleno mi conciencia de silencio para expandir mi sentido del yo y mi capacidad de compasión


David Simon
Los Diez Compromisos
Grupo Editorial Norma
2006


El libro antepone diez compromisos fundamentales, ante los diez mandamientos de la fé católica y la doctrina judía, y por eso constantemente cita a la Biblia, por cuanto sus preceptos morales basados en la prohibición considera pilares sobre los que sostenemos, a veces incluso de manera inconciente, nuestra actitud ante la vida. Lo bonito es que de igual manera rescata lo válido tanto de las sagradas escrituras, como de la filosofía india ( fundamentalmente Hafiz)

Una más abordo



Esta es, de hoy en adelante, tu casa. Siéntete libre de entrar y crear nuevos mundos con tu prosa de amores, esperanza y sentimientos, para que en cada uno de los escritos que compartas no solo te ganes el corazón de los que acá te encuentren, sino también la amistad sincera y el cariño de los que hoy te reciben como su hermana.


Bienvenida a El Perfume de un Beso, X Woman!!!!!!!



Mujer de Viento.


Mujer de aire y tormenta
mora y se desmorona en el viento
rapta! grita, se arrastra!
ojos de trueno y relámpago
pechos de fuego que queman
oscura! resplandeciente.

Tu compañía es silencio
en silencio que se atrapa en tu silencio
y los astros que se atan y desatan
en parpadeos distantes sin distancia
y en asilos de la ausencia.
Lo es el mar
que se iza y se desliza
y nos da brutal esperanza.
Mujer milagrosa y desgracia!
entre tus piernas el motor de todo
en tus caderas la violencia explícita
de la ternura de tus labios
la explosión, la rabia y la guerra!
el odio profundo de tu falta.

Tus palabras gritos! gemidos y gimoteos!
fuerte al amar y al parir!
débil al pedir refugio-dominio entre los brazos de el amado
frágil a deshoras en el desencuentro
sombra que asombra
vida y muerte según entiendo.

Psicología del "Hubiera"

la región del pluscuanperfecto del verbo haber es de las más sencillas de nuestro paradigma, al menos para los que en el colegio batallamos para que nos entraran todos los tiempos verbales que entran en el bachillerato. sin embargo, es tierra inhóspita y a veces maldita en la vida real, porque en algunos casos es la mejor manera de plantear una terreno que por cobardes no pisamos.

no siempre sucede así, claro está, primero porque siempre todo es relativo, y segundo porque también podemos cambiar las preguntas a nuestro antojo. ella, por ejemplo, se cuestiona qué hubiera pasado si se cuidaba esa noche. probablemente hoy estaría trabajando como antes, con más plata que ahora, sin aquellas tetas gigantes colgándole. pero tampoco tendría una razón tan poderosa para despertarse cada mañana.

él se pregunta qué hubiera pasado si escoge esa otra carrera, la que su papá quería. seguro hoy tendría más plata, pero no se le iría la vida por la pura pasión de enterarse de los hechos de primera mano y el enorme placer que le da escribirlos para la gente.

la lista de los hubiera se va haciendo cada vez más grande conforme crecemos. a veces vemos para atrás y agradecemos no haber pasado del pluscuanperfecto al pasado simple. pero no siempre somos felices con la decisión que tomamos. por suerte, para consolarnos en esos casos, la "gente hubiera" ha inventado frases como "seguro no convenía", "si no pasó es por algo" o simplemente "no era el momento".

dar un beso es de las acciones que no deberían conjugarse en modo pluscuanperfecto. porque de por sí el final feliz de un beso no es felices para siempre, ni siquiera juntos por un tiempo. el final feliz de un beso son estrellas y chispas encendidas. y eso es lo que nos mantiene vivos, de una u otra manera.

un beso entre vos y yo hubiera tenido tanto de eso....

Gritar o hablarse quedito


Una amiga me acaba de mandar esto y lo quiero compartir por aquí porque me parece precioso:



¿Por que la gente se grita cuando está enojada?

Un día un sabio preguntó a sus discípulos lo siguiente:

- ¿Por qué la gente se grita cuando está enojada?

Los hombres pensaron unos momentos:

- Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos.

- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? - preguntó una vez más ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.

Finalmente él explicó: - Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego preguntó: - ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, por qué? Pues porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

Continuó: - Cuando se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.

Así es como se comunican dos personas cuando se aman.

Luego el sabio concluyó:

Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.

...para no verte tanto....para no verte siempre....




El tomo un bus una mañana de martes, luego de almorzar y ponerse la mejor de las colonias. Por un día que faltara a trabajar nadie se iba a morir. Iba en uno de esos buses viejos, un Blue Bird azul, que lo tendría en una hora y unos pocos minutos fuera de San José, al lugar a donde lo llevaba el deseo con un suspiro contenido en la boca y un latido irregular en el corazón.


“Jueputa bus más caliente, ojalá no me sude mucho”, pensó.


Después de un poco más de lo planeado en llegar (el tiempo se distorciona cuando algo bueno se espera con muchas ansias), llego a San Ramón cerca de la hora del café, bajó del bus deseándole al chofer que los santos lo acompañaran, y no recién puesto el primero de sus zapatos en el suelo Ramonense, vió como ella se acercaba con una sonrisa como de vergüenza y amor en su rostro, mirándo a los lados, y aparentemente nerviosa, hasta que le tomó sus mano y le devolvió a la realidad


“mi vida, tardaste bastante...”


“ah, sí, es que el bus duró una eternidad”


“al menos estas acá para tomar café conmigo...”


“si usted pone el café, podemos pasar a comprar pan ..”


Y entre sonrisas y vistazos de reojo, y un par de temas en una conversación que en nada tenía que ver con lo que sus corazones deseaban, atravezaron el parque tratando de disimular, sin tomarse siquiera de la mano, sin decirse cuanto se necesitaban, pues lo prohibido es juzgado y muchas miradas los seguían mientras avanzaban


Que par de tontos! Si el amor y el deseo nunca se pueden disimular!


“Acá vivo yo”, le dijo mientras le abría el portón de una casita pequeña, con un corredor de lozas rojas que denotaban haber sido enceradas ese mismo día. Sobre las verjas colgaban helechos, plantas delicadamente cuidadas, un par de calcomanías que decian algo así como “somos católicos, no insista”, y en la entrada, casi tocando una cruz hecha con hojas secas de palma, una guaria morada inmensa recibía a los visitantes con la típica fragancia de una flor que para el se asemejaba mucho a la visión que de ella había tenido el día que la conoció.


Venía saliendo de clases en la UNA. Tenía prisa por tomar el bus, y no advirtió de primera instancia a la muchachita rubia que al sentarse le sonrió. Como era tarde y su relojo hacía una semana había fallecido ahogado en un viaje a la playa, tuvo la excusa perfecta para platicar con esa niña que lo miraba con arrogancia y gracia, directo a los ojos, pero de vez en cuando trazando una linea escapada a esos labios carnosos cubiertos por una barba de dos días sin rasurar, que desde el primer instante deseaban que ella solo se callara y acercase su boca a la suya....


Y ahora, tres meses después, estaba ahí, a muchos kilometros del caprichoso lugar donde la había conocido, bastante nervioso pues anteriormente solo la había visto un par de veces, y nunca se había animado a darle siquiera un beso. Pero ahora ella y su sonrisa envuelta en un vestido a media pierna, floreado y travieso cuando el aire lo golpeaba, lo invitaban a entrar y sentarse, que total ya era hora de tomar café.


El yodo ayudó mucho a relajar los nervios. Quería besarla mientras las galletas con mantequila y el pan con jalea de guayaba se deslizaba en su boca. Ella por otro lado no podía apartar la vista de sus labios, y se contenía en la silla a su lado, riendo bajito, en medio de frecuentes silencios algo incómodos, muy comunes en la gente enamorada que no sabe como acercar su cuerpo al de la otra persona.


Al terminar el café, que hacía ya rato se había enfriado en sus tazas, se levantaron y llevaron los trastes que utilizaron al fregadero. El iba a comenzar a enjuagar una taza de porcelana roja, cuando una pequeña mano contuvo la suya entrando al chorro de agua.


“tranquilo, yo los lavo”


Y el solo pudo sonreir. Hasta idiota se sentía de no ir un poco más allá luego de tantas conversaciones telefónicas que acababan casi cuando el sol iba a aparecer.


Estaba a punto de abandonar la cocina y ya se encontraba entrando en la sala cuando algo muy fuerte le hizo dar la vuelta, perdio la conciencia unos pocos segundos, y sin pensarlo la sorprendió al abrazarla con ambas manos por el abdomen, de espaldas a el, para luego depositar un beso que más bien fue un mordisco sin dientes, ahí en la parte donde termina la oreja y el cuello comienza


“gracias, amor..”, le dijo, y la soltó mientras ella con los ojos cerrados dejaba caer un pequeño plato al fondo del fregadero.


En su cuarto había de todo. Desde peluches dados hacía tiempo por novios de los cuales ya ni siquiera recordaba los nombres, hasta la foto de la niña que hacía 20 años posaba para una graduación en el jardín de niños. Había un ropero negro, de madera pesada, quizá algúna herencia familiar, y a su lado, un televisor sobre una mesita ubicada justo frente a la cama donde ella se había imaginado tantas veces que eso sucedería. Pero de imaginarse a tener al hombre que escuchaba cada noche antes de dormir, había un trecho enorme que hoy parecía increíblemente pequeño.


El deseo estaba en la carne. Y ella lo sintió cuando se abrazó a su pecho y rozó su cuerpo que ya no podía disimular las ansias contenidas desde mucho antes de tomar ese autobús. Sintió el vello masculino entre las manos cuando sus dedos se colaron por los botones de su camisa, y casi podía a su vez sentir los latidos de un corazón que ya no cabía y que en conjunto con cada uno de sus órganos gritaba por hacerla suya en ese preciso instante.


Otro de esos silencios se hizo por un momento. Movió un poco su cabeza, y pudo clavar sus ojos en esas pupilas café claro que la jalaban hacia el. Acercó aún más su cuerpo, y dejó que sus manos y dedos lo tomaran del cabello, mientras sentía como su barbilla sin rasurar clavaba pequeñas espinas en sus labios. Y todo fue sentir, porque para ese momento sus ojos estaban completamente cerrados, y se permitía abrigarlo con la piel, oler su respiración cercana, y percibir por un momento un suspiro antes de que su boca quedara prisionera en el primero de muchos besos con que el rompería tres meses de deseos y miedos.


Ya no titubeó más. La tomó de las caderas y la colocó sobre su vientre. Las bocas, los labios y las lenguas saboreaban salivas mezcladas entre respiraciones alteradas y caricias ansiosas. Reventaban desde antes de tocarse por primera vez, y eso hizo que todo fuese fácil y sencillo, como si se hubiesen amado muchísimas veces antes de aquella ocasión.


Sin verguenzas, sin pudores y sin preguntas. Ella simplemente deslizo su cuerpo hacia adelante hasta perder de vista la cara de su hombre entre los pliegues de su vestido. Se dio media vuelta, desabotonándole lentamente la camisa. Contempló el tórax y pasó sus dedos sobre el. Se mordió los labios como cuando algo nos incita a morder, y comenzó a besarlo pausadamente mientras con sus manos trataba de liberar la faja de esos jeans que la pasión abultaba. En el momento en que los pantalones cedieron, sintió como el, con los dientes, apartaba la única ropa que cubría su sexo, húmedo hacía ya rato y deseoso de esas caricias y ese contacto caliente que ya pasaba de ser un deseo a convertirse en necesidad. Sus párpados cayeron cuando su lengua la tocó.


Lo sintió dentro de ella, dentro de su intimidad, dentro de su boca, en las palmas de las manos, recorriendo sus muslos y su espalda. Lo sentía en el cuerpo y casi se podría decir que lo sentía en su alma. Cerraba los ojos y acariciaba sus muslos, en uno de muchos intentos por no gritar y desahogarse. Pero el pueblo es pequeño, tiene ojos en cada acera y en cada pared, y el placer debía ser callado, o al menos bajito.


Sus piernas temblaron aprisionándo sus rasposas mejillas, y su sexo se hizo líquido en su boca hambrienta en el primero de los orgasmos. Las ansias acumuladas provocarían lo mismo de su amante. La mezcla de sensaciones era grandiosa. El cerraba los ojos y escuchaba sus gemidos, extendia sus manos y podía sentir sus costillas contraerse al respirar, abría sus ojos y veía sus espalda, su nalgas, incluso parte de su cabello. Entregada a el en carne, eran pertenencia mutua los cuerpos y los fluídos.


Hundió su mano en un costado del colchón un momento antes de terminar...


**********************************************************************


Ella lo acompañó hasta la puerta, y lo abrazó sin poder besarlo, con silencios largos de nuevo. Tontos, muuuuuuuy tontos! Aún no se daban cuenta que el amor y el deseo no se pueden ocultar.


“amor, tranquila yo sé donde queda la parada”


“me vas a llamar cuando llegues??”


“claro”


Y ya en ese momento le importó poco si los veían. La beso con intensidad y ella cedió. Luego de una tarde completa de amores, sexo y sudores, un beso cerraría el ciclo que un beso comenzó.


Caminó hacia el portón, y ella lo vió alejarse sonriéndole. Ese hombre la amaba, y ella tenía la seguridad de que eso que la golpeaba dentro de su pecho no era solo un simple cariño. El por su parte no sentía el cansancio en su cuerpo. Sus pulmones se llenaron del aire más dulce que jamás hubiesen aspirado, y cuando al fin la perdió de vista pensó que talvez esa aventura valía la pena, que no todo era tan imposible ni tan imperfecto. Ella sería para él si hacía las cosas bien.


Toooooooonto enamorado. El amor crea al héroe...y también al imbécil.


Cerró la puerta, y se dirigió a la cocina con un par de lágrimas atravezadas y molestas. Los puños dolían de lo apretados que estaban. El hombre querido se marchó hace un momento, y con el se llevó mucho más de lo que ella hubiese querido entregarle. Porque ahora no sabía con que cara sonreirle al hombre a quien le debía compromiso, ese que la visitaba una vez por semana, que la cambiaba los viernes por las cervezas con los amigos, los domingos por los partidos de futból, y el resto de la semana por el trabajo y los estudios. Como decirle “te amo” a alguien con labios que aún recuerdan el sabor de otro cuerpo??


El amor y el deber a veces no van de la mano. Y las manos a veces suelen soltarse si no se toman con firmeza.



Tómame o déjame


MusicPlaylist



Me casé con tu padre en un día muy frío, como hoy. En vez de arroz, cientos de burbujas de jabón chocaron en nuestros rostros. Tenía yo 38 años cuando decidió irse a Nicaragua a trabajar por nuestro futuro. En ese momento pensé "¿Futuro? Pero si estamos bien y no hemos podido tener hijos... ¿Futuro?", pero no dije nada. Pensé que sería mejor dejarlo seguir su sueño y tal vez la distancia traería un poco de frescura a nuestro matrimonio. Nos comunicábamos por cartas constantemente. Así me iba relatando su apacible vida, buscando un lugar dónde vivir, dirigiendo la sucursal de Nicaragua. Un año después, la regularidad de las cartas empezó a mermar. La frecuencia disminuyó al mismo tiempo que su longitud y su nivel de detalle. Yo lo sabía, ¿cómo no habría de saberlo?

Finalmente, recibí una carta un tanto dolorosa. Ahí me explicaba que Lucrecia, la muchacha humilde que limpiaba en la empresa, había empezado a ser más que una amiga. Sí, de momento me tuve que sentar. Doblé la carta a la mitad y lloré por unas dos horas. Esa noche no pude dormir. Me atacaba la letra de todas las canciones de despecho que había oído en mi vida, me revolcaba en la cama cayendo invariablemente en su espacio, me ahogaba, sentía llover... Me levanté a tomar té verde, me lo recomendó una amiga. Ni siquiera el té de tilo fue suficiente. Pero no lo pude odiar. Por un momento, me detuve a pensar y comprendí que tampoco fue fácil para él botar casi 20 años de matrimonio. Le escribí una carta sin rabia, sin rencor, sin celos. Creo que la escribí con amor puro. Le dije que me siguiera escribiendo. Quería seguir siendo parte de su vida, y que él, en forma de papel, la siguiera siendo de la mía. Fue un poco difícil para ambos, él no quería que sus cartas me hicieran sangrar, pero poco a poco fuimos tomando confianza en nuestros nuevos papeles. Él era feliz, y eso me bastaba para serlo yo también. Nunca necesité nada para mi felicidad, más que la sensación de irradiarla hacia los otros.

Seguí con mi vida y así pasaron 2 años. Me dijo que Lucrecia estaba embarazada. Celebré que pudiera tener descendencia, que conmigo no lo habría logrado. Sentí un poco de envidia, también. Me hubiera gustado ser su madre, estar con el pequeño bebé, que llevara mi sangre, parte de mí. Pasaron 3 meses.

"Estoy enfermo, Isabel...", escribió. Tu padre siempre siguió mandando dinero, así que tenía bastante ahorrado. Pero él no. Gastaba cuanto recibía en su nueva casa, su nueva familia. Y estaba enfermo de gravedad. En su carta me pidió un favor que durante un momento tuve que pensar. ¿Sería yo capaz de lograrlo? Gracias a Dios acepté y arreglamos todo, pues apenas 4 meses después, murió.

El día que Lucrecia llegaba a Costa Rica, la esperaba sentada con unos cuantos regalos. Tu padre me encomendó cuidar de ella y del bebé que traía. Nos reconocimos inmediatamente cuando bajó del bus, tan asustada... Tan avergonzada. Apenas nos vimos corrió a abrazarme y lloró. "Es casi una niña", pensé.

Así, Lucrecia tuvo una hermosa bebé. Y, 23 años después, esa hermosa bebé es toda una señorita. Creo que el perdón es la más grande expresión de amor, recordalo siempre. Si no fuera por el perdón, no te tendría aquí, a mi lado, no sería tu abuela. El matrimonio es difícil, si lo sabré yo, pero el saber perdonar de corazón es uno de los ingredientes para ser felices, porque olvidás los enojos, las penas, y solo te queda el amor en su estado más puro.

Por eso... ¡¡Salud!! Y que vivan los novios!!!!

Volver al inicio Volver arriba

Perfume de un beso.